(Foto by Zazil Ha)
Un lugar lleno de falsas nociones, de equivocadas perspectivas y de lastres que alteran las percepciones.
Eduardo González Peña

- Eduardo
- Argentina
- "El que cree haber entendido cualquier cosa sobre mí, se ha formado de mí una idea que responde a su imagen" Nietzsche.
viernes, 14 de septiembre de 2018
Yo, tu casaca metálica
Yo que soy el producto de tu historia, pero que también produje tu
historia. Yo que tengo 26 años y que te recuerdo lo intrincado de tu
individualización. Yo que soy fruto de esa disruptiva sensación de que
el orden estable no existe y que te recuerdo el colapso de una
estructura social “bien” instalada y relativamente fija. Yo que soy la
hija de las posibilidades de cambio y que por eso fui diseñada bajo el
impulso del miedo a perder a aquellos que considerabas tus iguales. Yo que soy la hermana menor del saco punky del gran Horacio B.
Yo que soy una síntesis de entre tu trama biográfica y sus tensiones
diacrónicas y sincrónicas. Yo que estuve con vos en las tribunas que
River visitó durante 10 años, hasta que cambiaste por camperas del
Millo: Careta! Yo que te acompañé cientos de veces a “jugar” al fútbol
al Güemes. Yo que te veía compartir cervezas en las frías escaleras de
algún rincón del barrio con el ya nombrado Horacio, pero también con Hernán, Sebastián, Cristian, Juan Martin y con la estrella roja de Augusto Clash.
Yo que estuve en tu primera borrachera y, justamente, fue la familia
Dorado la que te rescató de la ignominia de no ser capaz de volver a casa. Yo
que tengo marcas de grasa de los arreglos mecánicos de los Toros y que
supe ser verde oliva. Yo que te abrigaba mientras pescabas con Antígona y
Garrote. Yo que estuve con vos en las gradas frías del autódromo de
Buenos Aires. Yo que todavía llevo, en algunos de los parches, las
señales de la mano hábil de tu abuela. Yo que te acompañe al primer
recital de Milito y Justi con los enormes Kiss. Parece que hoy te tengo
que recordar que fui mojada por Ozzy, que tuve que bancar la
transpiración tuya y del resto de los monos que te rodeaban en esos
diciembres adentro de Obras, para que cumplas tu deseo de estar cerca
del Colorado gritando “Aguante Megadeth”. Y que siempre te protegí de
los golpes de la vanguardia para estar cerca de Angus, Harris, Lemmy,
Joey, Iommi, Rotten, Bruce, Alice, Darrell, DeMaio, Ian, Araya, Gene,
Helfield, Halford, Dio, Gillan y Slash. Lo mismo con Riff, Hermética y
Horcas. ¿Hace cuánto que no me portas como estandarte? ¿Te parece que me
alcanza con recitales salteados de Black Sabbath, Ozzy, Megadeth, The
Who, Anthrax, PIL, Los Violadores o Barón Rojo? ¡Yo quiero salir todas
las noches! En fin, por lo menos me llevaste a ver a disfrutar del gran Divano en ACV y Velocidad 22. Lamentablemente, no pude ver a Hërpes con Nicolás Dorado.
¿De verdad? Es como un herpes que no pica. ¿Qué te pasa? ¿Qué te ocurre
después de tanto tiempo? Sabés lo que pasa, aunque sos un buen metálico
y todavía no engordaste lo suficiente para que no pueda cubrir tu
humanidad, es que te estás volviendo viejo.
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