En el camino de cuestionar lo establecido,
de enfrentar lo que se presenta como evidente por sí mismo y de introducir a la
diosa razón en las jodidas tramas de relaciones que se nos hacen carne, hay un
nuevo obstáculo: ayer me recibí en el Profesorado de Enseñanza Media y Superior
en Ciencia Política.
Pero como “tienes el derecho de ser lo que
tienes el poder de ser”, todavía tengo el derecho a no convertirme en un viejo
patético.