Eduardo González Peña

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"El que cree haber entendido cualquier cosa sobre mí, se ha formado de mí una idea que responde a su imagen" Nietzsche.

lunes, 29 de junio de 2015

Sobre monstruos y dialéctica.

En una dimensión desconocida, en donde los monstruos son reales, ocurrió que un padre leyó un cuento antes de dormir a su hija de 6 años y su hijo de 3 años. Al rato el hijo aparece en la habitación de los padres. Entonces el padre indignado preguntó: "Dejaste a tu hermana sola???"
Y con ganas de hacer sentir mal a su hijo agregó: "Quién la va a defender si viene un monstruo???"
Y el hijo respondió: "Vos!!!"
Cuentan que el padre no supo si ponerse contento porque todavía lo creían capaz de luchar con monstruos o sentirse mal por haber sido derrotado en la dialéctica por un mocoso de 3 años.
Sin embargo, esa dimensión desconocida, sus monstruos, padres y hijos, pudieron haber no sido.

lunes, 1 de junio de 2015

La máscara del feminismo



Cuando se habla de violencia de género, la referencia siempre es el sentido común masculino. Es previsible que los varones lleguen a la conclusión que tienen el poder y que lo utilizan tanto para oprimir a la mujer como para convertirla en objeto de la beneficencia masculina. Es casi transparente de lo obvio.
Pero ¿qué aportan de original las intelectuales feministas? Nada. Ellas se consagraron a combatir a sus “enemigos”, muchos de los cuales son amigos, y no pudieron nunca descubrir la real causa de los problemas que se dan por objeto.  De Simone de Beauvoir para acá se dedican a aprender de memoria los libros de los varones (Marx, Freud, Kant, etc.) para aportar pruebas de la infamia masculina, pero nunca sumaron nada sobre su verdadero tema: la mujer desde la mujer. 
Centradas en la monomanía de su pensamiento, se negaron a sí mismas la posibilidad de aportar una perspectiva original a la problemática de las relaciones de género. Así en EE.UU. terminaron identificando la dignidad femenina con quemar corpiños, a presentar la ridícula idea de que las mujeres WASP vivían más explotadas que los afroamericanos varones y a afirmar que son los varones los que arman las guerras. En el colmo del ridículo se acusó al género masculino de aniquilar el impulso sexual femenino, cuando no hay nada que le guste más a un varón tipo medio que una mujer con gran impulso sexual.
Me pregunto ¿alguna feminista le advirtió al varón que humillarse en su trabajo por la necesidad de mantener a sus hijos y mujer es algo que se contradice con todo tipo de orgullo y que solo lo convierte en una pila descartable de un sistema despiadado de explotación?
El feminismo es peor que un razonamiento reaccionario -como es el machismo-, es una ficción pseudocrítica, una traba para desarrollar una relación más evolucionada entre la mujer y el hombre. El fracaso de sus intelectuales es enorme y no por nada la única pensadora realmente original no es feminista: Esther Vilar.