Desde una dimensión desconocida, donde la amistad es un valor absoluto, llegó a mí el siguiente relato sobre una conversación entre dos amigos. Ambos cuentan con cuatro años de edad y viajaban en el asiento trasero de un auto:
-Mirá lo que tengo puesto!!! –dijo E mientras se levantaba el buzo.
-La remera de River!!! Vamos River!!! –contestó N con una gran sonrisa.
-Pero vos sos de Boca??? –respondió E sorprendido.
-Es que me pongo contento por vos, que sos de River y mi amigo –sentenció N.
Desde que me contaron esa conversación no puedo dejar de pensar que el
error de Rousseau respecto al buen salvaje. No obedece a su metafísica o a su
concepción ahistórica de la naturaleza humana. En realidad se equivocó
en el tiempo: no es en el pasado donde se encuentra el buen salvaje, es
en un futuro (probable).
Sin embargo, esa dimensión desconocida, sus nociones de amistad y la charla en el asiento trasero del auto, pudieron haber no sido.
Un lugar lleno de falsas nociones, de equivocadas perspectivas y de lastres que alteran las percepciones.
Eduardo González Peña
- Eduardo
- Argentina
- "El que cree haber entendido cualquier cosa sobre mí, se ha formado de mí una idea que responde a su imagen" Nietzsche.
sábado, 28 de mayo de 2016
domingo, 22 de mayo de 2016
Nick Menza y los héroes en la pared
“Where
do we go from here?
And should we really care?”
And should we really care?”
Ashes
in your mounth, Megadeth.
(Mustaine,
Menza, Ellefson, Friedman)
Hoy se fue uno de aquellos héroes que me
miraban desde los poster pegados en mi pared: Nick Menza (QEPD). Hace casi 22
años tuve la suerte de ser uno de los primeros en verlo sacudir su batería transparente
en Argentina. Recuerdo a Nick mirar al público para tratar de entender lo que
pasaba mientras tocaban “Symphony of Destruction”. Era un viernes 2 de diciembre,
en Obras, y fue el mismo día en que inició el glorioso grito de “aguante
Megadeth”. Luego tuve la suerte de verlo tocar a Nick el domingo siguiente y dos
veces en Ferro en los años 1995 y 1996. Siempre pensé que su lugar no pudo ser reemplazado
por ninguno de los bateristas posteriores de la banda y lo respeté por nunca
volver a reunirse con el Colorado. Querido Nick: “Sweet taste of vindication, It
turns to ashes in your mouth”
sábado, 7 de mayo de 2016
Mi hipótesis de perfección en el rock: AC/DC
Hay polos que no deben unirse, cosas que necesitan ser diferentes porque para los sujetos que los adoptan son hipótesis de perfección. Son polos que van desde lo político (Izquierda-Derecha), pasando por lo deportivo (River-Boca), hasta llegar a la cultura pop (Capitán América-Iron Man, Batman-Superman). El rock no puede ser abstraído de la polaridad que necesariamente produce, como contraparte, una hipótesis de perfección. Su ideal es lo “auténtico” y se opone a lo “comercial”. Desde mi punto de vista, AC/DC siempre fue auténtico. Una muralla que se presentaba como invencible a las poses de moda a lo largo de cuatro décadas de rock. Comercial era muchas otras bandas y buena parte de ellas no se molestaron en esconderlo. Pero existían bandas que eran la quinta columna en el rock, aquellos que pasaban por auténticos y eran tremendamente comerciales. Los Guns N´ Roses fueron durante varios años el buque insignia de todo lo
insoportable de las poses impostadas en el rock. Sus legiones de fanáticos de pelo largo con crema de enjuague, que hacían sentir muy masculino a la más femenina de la mujeres, fueron una plaga que vejaron el buen nombre de rock durante los ´90 y Axl Rose era su modelo a seguir. Es por eso que todavía no puedo digerir que ese señor, ahora gordo y en sentado en una silla, sea la voz de mi amado y perfecto AC/DC.
insoportable de las poses impostadas en el rock. Sus legiones de fanáticos de pelo largo con crema de enjuague, que hacían sentir muy masculino a la más femenina de la mujeres, fueron una plaga que vejaron el buen nombre de rock durante los ´90 y Axl Rose era su modelo a seguir. Es por eso que todavía no puedo digerir que ese señor, ahora gordo y en sentado en una silla, sea la voz de mi amado y perfecto AC/DC.
jueves, 5 de mayo de 2016
El eterno manto sagrado de River Plate
Lo estable, lo inmóvil y lo eterno parece ser todo lo opuesto a la
historia viva del fútbol, la cual se compone de triunfos y derrotas.
Cada uno de esos instantes traslucen héroes y villanos, rebeldes ante la
adversidad y miserables cobardes. Ayer terminó el ciclo del equipo
se anotó como el continuador del River de Bernabé, La Máquina, La
Maquinita, el River 75/81, el River 85/86 y el River 96/97. Mis respectos a ese grupo
que en dos años consiguieron seis títulos y eliminaron dos veces a Boca
de copas internacionales. Ya son historia frente al presente continuo al
cual solo se resiste el eterno manto sagrado de “River Plate, tu grato
nombre, clamaremos con amor: Nuestra sangre está cruzada en tu blanco
pabellón. Mientras viva tu bandera la izaremos con honor!!!”
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