Eduardo González Peña

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"El que cree haber entendido cualquier cosa sobre mí, se ha formado de mí una idea que responde a su imagen" Nietzsche.

jueves, 20 de septiembre de 2018

Tesis “Ford Falcon (1962-1991). El mismo, pero mejor. Illusio, habitus y sentido práctico en el Campo Automotriz Argentino”.

Ya se encuentra disponible, en el repositorio digital de la UNSAM, la tesis “Ford Falcon (1962-1991). El mismo, pero mejor. Illusio, habitus y sentido práctico en el Campo Automotriz Argentino”. Si me permiten jugar con su nombre, trata sobre el Halcón –ese αρπακτικό πουλί (“depredador de aves”) – que devastó a su competencia. Pero fue mucho más. Se trató de un elemento cotidiano en la vida del país, “por todos querido”, que simbolizó “lo noble y confiable”. Siendo el “mismo”, siempre fue “mejor”. Reclamó para sí, con éxito, la condición de “auto más confiable de la Argentina” y logró “trascender el tiempo” al conectar el pasado, presente y futuro de los “caminos de la vida, construyendo cada día algo mejor”. De esa forma el Falcon –el “amigo incondicional de su dueño (y de su familia)”– fue asemejado a la vida (“Mejor para vivir”) y al anhelo utópico de armonía social o, dicho en palabras del marketing, “una forma de entendernos, de ser, de compartir y de sentir” y el vehículo “que elegimos (los argentinos) para escribir la historia de cada día.” Pero el también fue el objeto-símbolo del terror de Estado. Como una materialización del mito de Faetón, los “Ford verdes” quemaron todo a su paso: a la utilidad metafísica del Falcon (construida durante décadas) como objeto-símbolo “gaucho y confiable”, ligado al polisémico ser nacional y a una utópica vida familiar y del trabajo ajena al conflicto social, se le sumó la paralela y contradictoria transmutación simbólica de ser el “sujeto” de la violencia genocida y deshumanizante.
Nuevamente quiero agradecer Andrés Wainer, Juan Sebastián Califa, Paula Canelo, Pablo Nemiña,
Pablo Bonavena y al resto de los miembros del jurado, a todo el personal del IDAES y, especialmente, a las tres personas más especiales de vida: Justi, Milito y Pau.

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