El elemento central de la trama de “Macross” es la “Protocultura”. No se refiere a una bioenergía producto de una avanzada civilización extraterrestre. Esta interpretación es propia de la sociedad norteamericana, que hace de la tecnología militar un fetiche, y aparece en “Robotech”. En el mundo de significados de la serie japonesa, la Protocultura hace referencia a que la supervivencia de la sociedad no se encuentra arraigada a su desarrollo tecnológico (los humanos no son rivales para los Zentradi y Meltradi), sino que depende de las leyes que gobiernan las relaciones sociales y su correspondiente orden moral. Entonces, podríamos decir que la diferencia fundamental entre Robotech y Macross no es la calidad de la animación, los guiones, los nombres de los protagonistas, que en el caso norteamericano hay una clara división entre los “buenos” y los “malos” y que necesita explicar con una voz en off los eventos y motivaciones de los personajes como si el público fuera un grupo inepto para desarrollar significaciones... no, la diferencia es a quién “le habla” cada serie: los norteamericanos le hablan a la figura del “consumidor”, los japoneses le hablan a la figura del “ciudadano”.
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